(One Battle After Another, Paul Thomas Anderson, 2025)

Era un estreno esperado por la siempre relevante figura de Paul Thomas Anderson y por un atractivo reparto con Leo di Caprio, Sean Pean y Benicio del Toro. La película parece no haber defraudado a algunos entusiastas, pero el resultado es menor dentro de la filmografía del director californiano; interesará, eso sí, a los mitómanos y a quienes acuden al cine para ver una película técnicamente impecable, con imágenes espectaculares, persecuciones en la frontera mexicana, tiroteos y una historia que nunca pasa de ser un pretexto. Muy correcto Leo di Caprio, hábilmente caracterizado Sean Pean y algo pasado, en su registro habitual, Benicio del Toro. La aparente lectura política de esta película es tan pertinente como obvia, sirviendo como denuncia del horror que se está viviendo con el tema de la inmigración en la era Trump. La novedad es que los polis son los malos y los inmigrantes mexicanos y quienes luchan por sus derechos son los buenos, de una manera tan convencional como si se tratara de un western en el que se ha dado vuelta, para adaptarnos a las inercias culturales los tiempos modernos. Es tan oportuna, dadas las circunstancias, como superficial en el fondo y en la forma.
Tras un prometedor comienzo, la trama se va desarrollando sin grandes sorpresas, extraídas de la obra literaria en la que está inspirada (Vineland, de Thomas Pinchon). La media hora final vale la espera, es lo más brillante tanto en el aspecto visual como en el ritmo, el montaje y la utilización de la música.
Federico García Serrano
