“Pobres criaturas”: Frankenstein en femenino

Fue precisamente una mujer, Mary Shelley, quien proyectó hacia el mundo
contemporáneo la recreación del mito clásico de Prometeo, en la figura del doctor
Victor Frankenstein, con su mítica novela publicada en 1816. Pasaron más de cien
años hasta que James Whale y Boris Karloff nos dejaron un gran clásico
referencial del cine contemporáneo (Frankenstein, 1931), al que han ido
sucediendo un número muy notable de nuevas versiones y reinterpretaciones,
que desbordaron los parámetros del cine de terror y prácticamente abarcan todos
géneros, desde la comedia disparatada al cine infantil; y todas las épocas, pues
como todo gran clásico persiste incombustible al paso del tiempo. No es una tarea
sencilla volver con novedades a un asunto tan trabajado en la mitomanía de la
ficción, ni tampoco hacerlo con tantos aciertos y originalidad como la lograda por
Yorgos Lanthimos. En la última película sobre el viejo mito, éste ha resucitado
más autónomo y feminista que nunca. También con una notable carga estética,
que dinamita el blanco y negro para estallar en una orgía colorista, que sin
embargo constituye un eslabón más en la evolución de los mundos de inspiración
gótica, fieles a la verticalidad y los claroscuros. En esa esa misma línea de
expresividad neo medieval, que ha hecho suya el género fantástico. Y siguiendo
las tendencias modernas, la película traspasa géneros, abarcando también la
ciencia ficción, la comedia erótica, el drama, el realismo mágico, incluso el
surrealismo.

DESCARGAR EL ARTÍCULO COMPLETO EN PDF