200 meters: un viaje desesperado

(Ameen Nayfeh, 2020)

Es como una paradoja del destino: doscientos metros es la distancia que separa a la familia de Mustafa, pues la localidad palestina donde residen está partida en dos por un muro israelí. Todas las noches el padre saluda a su mujer y a sus hijos asomándose a los balcones, estableciendo contacto visual, pero la distancia parece insalvable cuando el hijo sufre un accidente y el padre desesperado hace lo imposible por estar a su lado: emprende un periplo poniéndose en manos de desaprensivos que se lucran organizando viajes clandestinos, aprovechando la desesperación que genera el muro entre la población palestina. El viaje se convierte en una continua carrera de obstáculos para los pasajeros de una furgoneta, que sirve de vehículo para la desesperación pero también para la solidaridad, ofreciendo un muestrario de seres humanos que arrastran tragedias personales y sus contradicciones, en un clima de picaresca y persecución. Una historia para dar visibilidad a una de los grandes dramas del mundo en que vivimos. Una de las grandes películas europeas del año.

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