Ray & Liz, memorias del subsuelo

(Richard Billingham, 2018. Gran Premio del Jurado. Festival de Sevilla)

Una película que parece surgida del «realismo de fregadero de cocina» (kitchen sink drama) de la década de los cincuenta y los sesenta del pasado siglo, que se define como la obra de los jóvenes airados de entonces desilusionados por la hipocresía social (los indignados de los tiempos más recientes) en formato memorias de la infancia, para descubrirnos una familia excéntrica, en una asfixiante atmósfera de insalubridad y convivencia disfuncional, incluso cruel, entre padres e hijos. Con los elementos típicos del drama doméstico llevados al límite, el desentendimiento de unos padres por la educación de sus hijos, que sobreviven en la ignominia, sirve al propósito de ir trazando unas colección de episodios con abundante proliferación de insectos y detalles escatológicos, recreación en lo nauseabundo de una convivencia tan atroz que llega a parecer más que un recuerdo, una desagradable pesadilla.

Federico García Serrano