“Blade Runner” (1982): cuando el futuro quedó atrás

Así como la colosal Metrópolis de Fritz Lang situaba el futuro (2026) un siglo más allá de su tiempo (1927), la primera gran distopía de los tiempos modernos, Blade Runner puso el ancla del futuro en un horizonte más próximo: la acción del implacable cazador de replicantes, el ex-blade runner Rick Deckard, se desarrolla en una alucinatoria ciudad de Los Ángeles, en el mes de noviembre del año 2019, cuya frontera acabamos de traspasar. De tal modo que ya hoy, como sucediera en 1985 respecto al año de Orwell (1984) podemos mirar “al futuro” imaginado por Philipp K. Dick echando la vista atrás, o rizando el rizo hacia el propio ombligo del tiempo, para asombrarnos de cómo la imaginación acaba por convertir en obsolescente a la propia vida, o al “futuro pretérito”, por más que, según el consabido tópico, “la realidad supere siempre a la ficción”.