Cada año me lo propongo y este es el año en que aún no lo he conseguido. Se trata simplemente de tomar un mes de descanso audiovisual, probar a sentir el mono de no asomarme a las pantallas, ni las grandes ni las pequeñas, para comprobar como sería el mundo si no existieran ellas, las películas… Unas vacaciones sin cine, sin televisión, sin ventanas digitales…
