Mrs Fang, morir sin dignidad

El cineasta chino Wang Bing obtuvo el permiso de los familiares de una mujer de sesenta y ocho años, enferma de Alzheimer, para filmar los últimos diez días de su agonía, que incluyen el propio momento de su muerte. Es un docudrama filmado en planos largos y densos donde una anciana cadavérica espera postrada en una cama la llegada de la parca, rodeada de familiares que asisten impasibles a uno de los más desangelados y lóbregos films jamás filmados.

Maudie, una historia diferente

Como cualquier persona vulnerable, discapacitada, necesitada de cariño, que lucha por un sueño, que tiene un talento escondido, seres como Maudie existen no sólo en las películas sino también, por cientos, en la vida real: nadie se fija en ellos, nadie se emociona con sus desventuras, nadie se emociona con sus emociones, nadie vive con ellos la identificación y las sinergias que nos ofrecen las grandes y las pequeñas pantallas. Pero son carne de cañón.

Sieranevada, un claustrofóbico laberinto humano

La cámara, atrapada como el resto de los personajes, deambula de un lado para otro, trillando el espacio, recorriendo los rincones de personaje en personaje, en un ejercicio de estilo que a veces recuerda al camarote de los hermanos Marx, versionado en tragicomedia rumana, con el sello muy personal de Cristi Puiu. Hay un horror al vacío, y una vacuidad plena.